Encontrar un lugar dónde vivir durante por casi dos meses no fue nada fácil, los sitios que nos ofrecían eran pequeñas habitaciones oscuras y sucias, donde era casi imposible organizar las cuatro colchonetas. Al ver que eran casi las 9:00 am y no encontrábamos donde hospedarnos pensaba en dejar todo tirado y volver a mi casa, allí tenía todas mis cosas, mi cuarto y estaba en compañía de mi familia. Cuando ya estaba desesperada Diana nos dijo: "niñas allí les arriendan un salón grandisímo, es claro y van a estar cómodas, vamos para que los miren". Fuimos tras ella y mi alma sintió un gran alivio, el lugar era perfecto para nosotras y en ese mismo instante llevamos nuestras maletas. El salón estaba muy sucio, así que lo lavamos, limpiamos y organizamos.
Desde el principio distribuimos los cuatro espacios para la colchoneta de cada una, así garantizaríamos una buena convivencia. Escogimos el lugar donde estaría nuestra "cama, el armario y las cosas personales", durante el resto de mañana nos dedicamos a esta organización para que todo nos quedara muy bonito, pues este lugar se convertiría en nuestro hogar durante casi dos meses.
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