viernes, 21 de noviembre de 2008

SALIENDO DE NEIVA Y LLEGANDO A MI NUEVO HOGAR


Mientras observaba la carretera en la salida de Neiva mis ojos se llenaban de lágrimas, sentía una presión en el pecho y pensaba si realmente podría superar esta etapa de mi vida que se había convertido en un reto personal. Afortunadamente iba acompañada de cuatro compañeras más que de cierta manera eran mi refugio y mi consuelo, aunque cada una tenia sus propias razones para sentirse triste y callada.

Durante casi la mitad del camino estuvimos silenciosas y pensativas, pero cuando íbamos respirando ese aire puro que solo brinda el campo y esos paisajes tan hermosos, las sonrisas empezaron a reflejarse, un poco de burla unas de otras y una enorme ansiedad por conocer el sitio a donde llegaríamos.


Llegamos al pueblo de Palacio cerca de las 7:00 am, estaba haciendo mucho frío, nos encontramos con un pueblo solitario, "supongo que la gente esta trabajando" decía Flor, teníamos las maletas en la mitad de la única calle que había allí, " ahora que hacemos donde nos vamos a quedar" comentaba Lina y era la misma preocupación que pasaba por mi mente.

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